martes, 6 de diciembre de 2011

Albi


Allá en donde las fortalezas nacían de las copas de los árboles
y los juglares inundaban los salones nobles,
allá perdió la vida el monarca aragonés.
                 
Ya no hay canciones para él
ni lamentos para sus soldados
ni para los cátaros que perdieron la vida.

Las hogueras dispararon ascuas
y los cuchillos danzaron a la muerte,
inocentes y niños fueron el sacrificio a Saturno.

Ya no hay canciones para él
ni lamentos para sus soldados
ni para los cátaros que perdieron la vida.

Vertieron la brea sobre la voz universal
y sal sobre la memoria de los que hicieron su deber,
inocentes y niños fueron el sacrificio a Saturno.