(A la estrella que guía
hacia el norte)
En la despedida,
huída del tiempo,
ahí quedará
el rojo despertador de las dos sombras
que la estrella le regaló,
la que le indicó el norte.
En la bienvenida,
encuentro del tiempo,
ahí quedará,
el rojo despertador de las dos sombras
que la estrella le regaló,
la que le indicó el norte.
En la estancia,
permanencia del tiempo,
ahí queda
el rojo despertador de las dos sombras
que la estrella le regaló
para acompasar las horas de su norte.